Aunque la eficacia del airbag está fuera de toda duda, un análisis previo de las investigaciones sobre riesgo ocular en accidentes de tráfico demuestra que un cojín de aire puede llegar a provocar lesiones en los ojos, ya sea por el contacto con los materiales, por los gases o por la alta temperatura, incluso a bajas velocidades. ¿Qué sucede si llevamos unas gafas puestas en el momento del choque? Una prueba de impacto realizada en 2013 por RACE y la Fundación Alain Afflelou, publicada en la revista de la DGT demuestra cómo en un choque severo un conductor con gafas que se golpea contra el airbag no sufre daños provocados por la montura, ni se produce rotura de los cristales. En este crash test tampoco se detectan lesiones oculares por abrasión o contacto con los gases.

Según la DGT, en 2013 más de 8,5 millones de conductores tenían restricciones de visión (obligados a llevar gafas), un 32,36% del total del censo. A este dato hay que sumar los 15 millones de conductores que hacen uso habitual de gafas de sol, y que pueden sufrir las mismas consecuencias ante la activación del airbag, un sistema de seguridad que está presente en al menos 12,5 millones de vehículos en España.

El airbag, en combinación con el cinturón de seguridad, es uno de los elementos que más ha ayudado en la prevención de lesiones severas, aumentando las posibilidades de supervivencia de los ocupantes al evitar impactos directos contra los elementos rígidos del habitáculo. Uno de los riesgos de la activación del airbag es el daño que puede producir en los ojos, ya que la cabeza y el tórax impactan de forma directa contra el cojín de aire, quedando envuelto entre la tela mientras el airbag empieza a desinflarse. Otro de los peligros que encontramos son los daños aparejados de su activación, como son las abrasiones, la emanación de gases…

En España, y según los datos de la DGT en 2010, se produjeron 22.699 ingresos hospitalarios de pacientes con 42.467 lesiones registradas como consecuencia de un accidente de tráfico. De todas las lesiones atendidas, un 0,59% del total presentaron lesiones en los ojos (252 casos). Otros estudios calculan que entre un 2,5% y el 3,7% de los accidentes de tráfico provocan lesiones oculares.

Entre las conclusiones más importantes de la revisión bibliográfica sobre daños oculares provocados por accidentes de tráfico y su relación con la activación del airbag destaca el aumento progresivo de las lesiones oculares provocadas por el cojín de aire en los últimos años, coincidiendo con la generalización de estos sistemas de protección como elemento de serie en los vehículos. Pero estos estudios no contemplan que el conductor sea portador de gafas, ni existen evidencias científicas en los que se puedan establecer conclusiones claras sobre la incidencia que tienen unas gafas en la producción de lesiones oculares, ya sea directamente en el globo ocular o en la cavidad orbital por los daños provocados por la montura. 

Ante la falta de evidencias científicas sobre la incidencia de las gafas en un siniestro con activación del airbag, y dado que ninguno de los trabajos analizados ha sido realizado con un simulacro real de accidente severo (en el que se combina el chasis de un vehículo con un comportamiento real de ocupante con gafas), RACE y la Fundación Alain Afflelou investigaron los posibles riesgos de lesiones por activación del airbag, lo que añade un valor adicional a la prueba.

El crash test consistió en la realización de un ensayo de impacto de trineo para la valoración de comportamiento de unas gafas en caso de impacto frontal con activación de airbag conductor. El ocupante, colocado en la plaza del conductor, sufrió un impacto cuya deceleración corresponde a la de un vehículo tipo (en este caso una berlina) cuando impacta contra un muro a 56 Km/h. Aunque cada siniestro tiene sus propias características, este choque equivaldría a un accidente en el que el vehículo impacta de manera frontal contra otro turismo de peso equivalente que viaja en dirección opuesta a la misma velocidad. 

Para hacernos una idea de la severidad del impacto, podemos decir que el golpe sería el mismo que se produciría si saltamos dentro de nuestro vehículo en una caída libre desde un cuarto piso, y nos estrellamos directamente contra el suelo. Otro de los elementos a destacar en esta prueba de impacto fue el uso de sensores específicos instalados en una cabeza FOCUS (Facial and Ocular CountermeasUre Safety Headform), un sistema de medición de daños oculares utilizado por el ejército americano que, tanto por su coste como por su disponibilidad, hacen que su uso no esté muy extendido en este tipo de pruebas. 

Resultados de la prueba de impacto

La prueba de impacto contra un muro rígido arroja unas mediciones que indican que la severidad del ensayo fue muy alta, en el que un ocupante real sometido a esas condiciones de impacto podría haber sufrido daños serios, especialmente en cabeza y pecho. Comparando los valores obtenidos en el maniquí, con la función denominada «fuerza de riesgo de rotura del globo ocular» (que mide los daños en el ojo y en la cuenca orbital) se puede afirmar que el riesgo ocular es prácticamente nulo en esta configuración de impacto analizada. Los valores máximos medidos fueron de 17 Newton , lo que implica un riesgo bajo (el riesgo aumenta a partir de los 50 N, alcanzando el punto máximo en 125 N).

Las conclusiones del impacto muestran como un conductor que viaja con gafas no sufre daños al activarse el airbag, ni se produce presión contra el globo ocular. Tampoco se recogen daños alrededor del ojo. De forma positiva, los datos recogidos por los sensores de la cabeza indican que las gafas actúan de protector frente al contacto con la lona o los gases del airbag, evitando daños en el globo ocular. 

RECOMENDACIONES

1. La distancia correcta entre el volante y el conductor debe ser entre 25 y 30 centímetros, lo que garantiza el inflado correcto del airbag en caso de un impacto. Una posición muy adelantada puede suponer un impacto contra los elementos rígidos del vehículo al no estar inflado el cojín de aire.

2. En el vehículo, utilice siempre el cinturón de seguridad en todos los recorridos, y elimine las holguras provocadas por falta de tensión en el recorrido, abrigos anchos, etc. Cerciórese de que el cinto está perfectamente ajustado, lo que mejora la retención y reduce los desplazamientos.

3. Todos los pasajeros deben mantener siempre una postura y una posición correcta en sus asientos, lo que mejora la eficacia de los sistemas de protección.

4. Hay que ajustar el reposacabezas a la altura recomendada. Para ello, la parte superior de la cabeza debe estar a la misma altura que la parte superior del reposacabezas. 

5. A la hora de comprar unas gafas, ya sean de ver o de sol, acuda a una óptica, donde le asesorarán según sus necesidades.

6. Hágase una revisión de la vista periódicamente (mínimo una vez al año) en su centro óptico para prevenir futuros riesgos. No esperé a la renovación del carnet de conducir para hacerlo. 

7. En caso de necesitar una operación de la vista, recuerde consultar los límites marcados por la legislación vigente (en este caso, en materia de tráfico), según cada caso y la clase de permiso en vigor. 

8. Ante un accidente con activación de airbag, acuda siempre a su oftalmólogo para una revisión ocular, ya que el contacto con la tela o los gases pueden provocar lesiones, aunque no tengamos molestias. 

9. Para aumentar la resistencia, se recomienda el uso de un cristal de policarbonato porque en comparación con un cristal convencional, este es 12 veces más resistente, al mismo tiempo que es un 30% más ligero y ofrece una protección 100% a los rayos UVA y UVB.